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Florida, Estados Unidos – Pese a que repitió ausencia, Trump sigue siendo uno de los claros ganadores de los debates republicanos. Pero además del expresidente, favorito en las encuestas, ¿Qué candidatos ganaron y cuáles perdieron en este tercer debate republicano?

La exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, el gobernador de Florida Ron DeSantis, el exgobernador de New Jersey, Chris Christie, el senador Tim Scott y el empresario Vivek Ramaswamy fueron los cinco candidatos republicanos se enfrentaron la noche del miércoles en el tercer debate republicano, que tuvo lugar en Miami, producido y transmitido por la cadena NBC.

Una vez más, el expresidente Donald Trump, claro favorito en las encuestas, optó por no presentarse al debate, haciendo gala de su ventaja de al menos 35 puntos porcentuales por delante de DeSantis y aún más sobre Haley, los dos candidatos que se disputan el segundo puesto.

En su lugar, como ha hecho otras veces para eclipsar a sus contendientes, el exmandatario dio un mitin casi a la misma hora y también en Miami, a unas escasas 11 millas de donde se estaba celebrando el debate.

Pese a su ausencia, hay pocas dudas de que Trump vuelve a erigirse como uno de los claros ganadores. Los debates de los otros candidatos hasta ahora no han conseguido afectar su popularidad y no parecen restarle seguidores, como tampoco sus problemas legales.

Nikki Haley: sobria, madre implacable y más moderada sobre el aborto

Aunque no brilló como en el primer debate, la exgobernadora de Carolina del Sur volvió a mostrarse como la candidata más sobria para muchos. No solo en su manera de hablar y de asumir el discurso, sino también en algunas de sus posiciones.

Su posición sobre el aborto, por ejemplo, un tema que les dio importantes victorias a los demócratas en elecciones locales en varios estados apenas la noche anterior al debate, parecer ser un punto a favor para la campaña de Haley, que se ha mostrado menos confrontacional contra el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo que la mayoría de sus contendientes, todos hombres, con una posición de línea dura que sigue siendo rechazada en las urnas.

Según Haley, en respuesta a una pregunta de la moderadora, los estados deben decidir cómo manejan el derecho al aborto y los republicanos que buscan instaurar una prohibición federal del procedimiento no están siendo francos sobre la viabilidad de que se apruebe esa legislación.

Haley también mencionó temas internos importantes, como la inflación o la reforma del seguro social y la inmigración. En este último asunto fue muy crítica con la inmigración ilegal y las ciudades santuario, habló de un aumento en las dotaciones de la Patrulla Fronteriza y se mostró partidaria de las llamadas ‘deportaciones en caliente’ de migrantes.

La política, de origen indio, destinó una discreta crítica a su principal rival, Donald Trump, en respuesta a una pregunta del debate: “Puedo decirles que creo que fue el presidente adecuado en el momento adecuado. Pero no creo que sea el presidente adecuado ahora. Creo que nos endeudó con 8,000 millones de dólares y nuestros hijos nunca nos van a perdonar por eso”.

Pero sin dudas, uno de los momentos que marcó la noche fue el intercambio de Haley con Ramaswamy y su contundente respuesta. El empresario milenial, en su ya habitual desenfreno de ataques le echó en cara a Haley que su hija usara TikTok cuando su madre hacía campaña alertando sobre sus peligros.

“Saca a mi hija de tu voz… Eres una escoria”, fue la enérgica respuesta de Haley, que aunque poco política y de corte personal, le granjeó mensajes de apoyo y críticas a su rival tras el debate y consolidó una imagen de madre coraje que puede sumarle votos del electorado, particularmente el femenino.

Ron DeSantis: su mejor noche, pero sigue lejos de Trump.

El gobernador de Florida no ha lucido bien en los dos debates anteriores, más bien ha estado ausente y poco certero. El de este miércoles ha sido su mejor debate, aunque no parece que eso pueda acercarlo a Trump en las encuestas, en donde DeSantis ha seguido cayendo.

El respaldo contundente a Israel fue uno de los puntos disputados de la noche por todos los candidatos y DeSantis intentó coronarse como el aliado más cercano, buscando la sintonía de las bases republicanas. “Le diría a Bibi que termine el trabajo de una vez por todas con estos carniceros”, dijo el gobernador de Florida, llamando Bibi al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, como una muestra de cercanía.

También se mostró firme y enérgico sobre la crisis del fentanilo y otros temas migratorios de su agenda de línea dura, y calificó la actual situación migratoria como una “invasión”.

Como Haley, también tuvo críticas a Trump y dijo que el expresidente no era el mismo que en 2016 y que está “harto de que los republicanos pierdan”. También le criticó el hecho de que México nunca pagara por el muro fronterizo, como Trump había prometido.

Aunque sigue sin brillar demasiado, DeSantis al menos no estuvo ausente en este tercer debate, como en los anteriores, y tuvo algunos encuentros importantes con su más fuerte compeditora, Nikki Haley.

Chris Christie: un candidato sólido pero improbable.

No suele quedar muy claro dónde ubicar a Chris Christie en los debates, ya que el exgobernador de Nueva Jersey es un político sólido y probado pero a la vez es el más crítico de todos con respecto a Donald Trump, lo cual parece tacharlo automáticamente de la boleta en un partido cuyas bases siguen siendo devotas al expresidente.

A decir de expertos, Christe volvió a mostrarse sólido este miércoles, sobre todo en sus comentarios sobre política exterior, en los que habló de China como principal enemigo y competidor de EEUU, y propuso mantener una gran flota de submarinos nucleares como elemento disuasorio ante el despliegue y el crecimiento militar de China o prohibir TikTok.

Un elemento que llamó la atención fue que esta vez dedicó muy poco tiempo a hablar de Trump, evitándose los abucheos de anteriores encuentros.

Con respecto al aborto, Christie también matizó el tema, diciendo que el Partido Republicano debería enfocarse en otros asuntos ‘pro-vida’, como en dar más apoyo a los drogadictos y a luchar contra la drogadicción.

En general, se mostró atinado, pausado, sobrio; pero nada parece que pueda impulsarlo a convertirse en el candidato del partido, y eso se nota en los debates.

¿Quién perdió en el tercer debate republicano?

Para muchos, el estilo de Ramaswamy ya se pasa de la raya y ha dejado de ser un atractivo para muchos votantes. El emprendedor milenial ha ido perdiendo fuelle mientras él mismo se expone con sus comentarios y ataques virulentos y oportunistas.

En este tercer debate tuvo tres claros momentos memorables y puede decirse que los tres jugaron en su contra.

En uno de ellos llama “nazi” al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, un calificativo alineado con las narrativas del Kremlin, y en otro busca reforzar sus argumentos contra Nikki Haley hablando de su hija, y de cómo ella usa TikTok a pesar de que su madre lo critica y lo tacha de peligroso. La respuesta que recibió de la exembajadora ante la ONU fue contundente.

También contra los comentarios de Haley sobre política exterior, Ramawasmay protagonizó otro momento que a las claras quería convertir en viral, al preguntar a la audiencia si realmente querían a una “Dick Cheney con tacones de tres pulgadas”, en una referencia a los zapatos de Haley, pero también en un aparente guiño a la polémica sobre las botas altas de DeSantis. Hay “dos de ellos en el escenario”, dijo, entre murmullos y voces del público.

El clásico estilo de abusador de escuela del empresario, también de origen indio, como Haley, empieza a dejar de cautivar y luce más desesperado por ganar notoriedad que por realmente aspirar a la Casa Blanca.

Otro claro perdedor de la noche fue sin dudas el Partido Republicano, que sigue viéndose fracturado, débil y perdedor, tras unas elecciones locales que dieron importantes victorias a los demócratas la noche anterior al debate. Los cinco candidatos no lograron pintar una imagen prometedora de qué podría ser el partido en una era post-Trump.

Aunque debutó con grandes esperanzas entre sus seguidores, el senador por Carolina del Sur, Tim Scott, no ha logrado cumplir las expectativas y aunque no ha tenido momentos desafortunados como Ramaswamy, tampoco parece realmente despertar gran interés ni tener una propuesta atractiva. Eso no ha cambiado en ninguno de los tres debates.

Con respecto al aborto se mostró partidario de imponer una prohibición a partir de las 15 semanas de embarazo, la misma propuesta del gobernador de Virginia, que no ha conseguido concretarla y que, aunque de forma indirecta, fue rechazada en las urnas el martes, cuando no consiguió la mayoría del Senado que quería para lograr su agenda.

En general, Scott tuvo una noche mediocre, con respuestas largas, enrevesadas y sin brillar, algo que necesita para poder subir en las encuestas, y que no parece poder conseguir.

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